Si eres como la mayoría de los papás recientes o los que están a punto de serlo, probablemente tengas algunas ideas sobre lo que significa ser papá. Esas ideas surgen de tus experiencias con tu propio padre y de lo que tú crees que la sociedad espera de los papás.
Desafortunadamente, hay pocos recursos para ayudar a los hombres a tratar estos temas o para cuestionar los mitos más comunes. Cuanto más examines y entiendas tus propias expectativas acerca de ser papá, mejor será tu probabilidad de convertirte en el papá que deseas ser.
Tal vez el mayor de los mitos sea creer que existe una sola definición de lo que significa ser un «buen papá». No es así. Vas a elaborar tu propia idea de lo que significa ser papá de manera que se ajuste a tus necesidades y las de tu familia, y para ello, hace falta tiempo. Aquí te presentamos otros cinco mitos bastante comunes:
Mito número 1: Solo los sentimientos de la futura mamá son importantes
El maravilloso cuerpo de tu compañera cambia durante el embarazo y la atención que se presta al proceso del nacimiento nos haría pensar que sus sentimientos son lo único que cuenta. Tu preocupación por la salud física y mental de ella es importante ahora y durante el período posparto, pero también lo son tus sentimientos.
Es sencillo para el futuro papá hablar con entusiasmo sobre los aspectos positivos de la paternidad. Mucho más difícil es expresar los igualmente importantes (e inevitables) sentimientos de miedo y aprensión. ¿Me desmayaré durante el parto? ¿Habrá complicaciones médicas? ¿Cómo cambiará nuestra relación? ¿Podré dedicarme a mi profesión y ser el padre que quiero ser?
Tu compañera necesita que le cuentes cuáles son tus sentimientos y tú necesitas expresarlos. Muchos hombres se callan sus miedos acerca del embarazo y la paternidad porque no quieren agregar más problemas a sus parejas. No tengas miedo de causarle preocupaciones. La mayoría de las mujeres ansían tener este tipo de interacción, y saben que convertirse en padre conlleva desafíos. Compartir tus miedos con tu esposa o pareja los hará sentirse más unidos.
También puedes hablar con otros futuros padres, leer un buen libro acerca de la paternidad y buscar apoyo en clases o grupos para padres.
Date permiso para expresar tanto tus sentimientos de vulnerabilidad como de alegría. Al expresar tus preocupaciones durante el embarazo y los primeros momentos de tu paternidad, desafiarás el mito de que solo los sentimientos de tu pareja son importantes y sentarás las bases para ser un papá más activo.
Mito número 2: Los recién nacidos no necesitan del papá
La intensa conexión entre tu pareja y tu bebé (especialmente si está dándole el pecho) puede hacerte dudar que tu pequeño realmente te necesita. Quédate tranquilo porque sí que te necesita. Eres una persona importante en su vida, y estar contigo le resulta reconfortante y tranquilizador.
Para establecer vínculos con tu bebé, álzalo, mécelo y arrúllalo, pero espera hasta que termine de comer, para captar toda su atención. Estar con él cuando termina de comer también le da a tu pareja la oportunidad de recuperar energía después de haberle dado pecho.
Puedes ayudar a alimentar a tu bebé si tu pareja se saca leche y la pone en un biberón. Y puedes ayudar a tu bebé de forma indirecta al ayudar a tu pareja con las tareas del hogar. Aliviar su trabajo significa cuidarla y permitirle compartir más tiempo tranquila con el bebé. Recuerda, tú eres importante para toda familia.
Mito número 3: Los hombres no saben cómo cuidar a un bebé
Esta es una gran mentira que impide que los papás formen una relación estrecha con sus bebés y causa innecesaria ansiedad en las nuevas madres, que temen que los hombres no sean capaces de cuidar a los recién nacidos. Incluso el finado doctor Spock, pediatra y autor de varios bestsellers, advertía en su primer libro que los hombres tienen cierta «torpeza» para el cuidado de los bebés, pero cambió de opinión en los libros que siguieron.
Tú también deberías hacerlo. Ahora sabemos que un papá puede ser la persona que se encargue del bebé la mayor parte del tiempo, como sucede en algunas familias donde optan por ese arreglo. Se aprende a ser padre sobre la marcha y esto vale tanto para los papás como para las mamás.
Si le dedicas tiempo a tu bebé, aprenderás a detectar cuáles son sus necesidades. Para asegurarte de que así sea, pídele a tu pareja que salga de la habitación de vez en cuando o elige una tarea propia del cuidado de tu bebé para que sea tu exclusiva responsabilidad. Hazle ver a tu pareja que eres capaz de cuidarlo.
Mito número 4: Los hombres que se dedican a los hijos no triunfan en el mundo del trabajo
A los hombres se los educa para hacer del trabajo la principal fuente de valoración y autoestima. El mensaje subliminal de la sociedad es que los hombres que hacen sacrificios y eligen a la familia por encima del crecimiento profesional lo hacen porque no pueden triunfar en el plano laboral. Pero estamos comenzando a ver un cambio radical en las normas culturales.
Cada vez más hombres encuentran la paternidad gratificante, y eso está mejorando el estatus de los padres. Algunos hombres están cambiando el avance profesional por tiempo con la familia porque valoran la satisfacción que encuentran en la paternidad, y no porque no sepan abrirse camino en el mercado laboral.
Cada vez más hombres sienten que ser buenos padres es un logro significativo en su vida y eligen hacer de ello su prioridad porque así lo desean.
Mito número 5: Estás destinado a ser igual a tu padre
Tu padre cobrará un nuevo significado cuando te conviertas en papá. Es natural reflexionar acerca de la historia propia y pensar que, para bien o para mal, uno seguirá los pasos de su padre. Pero no es necesario que tu padre sea el modelo primario que elijas seguir. Él es simplemente uno de los factores que influirán en qué tipo de papá vas a ser. Considera todas las demás personas que te han guiado a lo largo de tu vida, incluyendo maestros, entrenadores, amigos, tíos, hermanos y, a partir de ahí, elabora tu propia identidad como papá.
En mis investigaciones en todo el mundo, nunca he visto que exista un modelo único de padre. Las distintas culturas varían en su idea de lo que es la paternidad. De hecho, en algunas culturas africanas, «padre» es un grupo de hombres, no una sola persona. En cada cultura, la paternidad significa algo distinto.
Para nuestros papás, ser un buen padre consistía en proveer a la familia de techo, comida y educación. Probablemente no pasaban con nosotros tanto tiempo como a nosotros nos gustaría pasar con nuestros hijos. Pero hacían lo que pensaban que era mejor para nosotros, dadas las exigencias sociales y familiares de la época.
Tú también debes elegir lo que es mejor para tu familia. Trata de ver la paternidad como un rol en el que mejoras a medida que exploras las posibilidades. Puedes tomar las experiencias positivas de tu historia familiar y enriquecerlas de formas que tu padre jamás hubiera imaginado.
Cómo desafiar los cinco mitos de la paternidad
1. Tómate tu tiempo para reflexionar sobre cómo te está afectando el hecho de ser o convertirte en papá. Comparte tus sentimientos con tu pareja y con otros nuevos y futuros papás.
2. Alza en brazos, mece y háblale a tu recién nacido desde el primer momento.
3. Aprende cómo cambiar pañales, bañar al bebé, alimentarlo y ser parte de su vida diaria.
4. Considera qué concesiones laborales estás dispuesto a hacer para poder dedicarte a tu niño. Este es un experimento que lleva tiempo.
5. Toma las características que más te hayan gustado de tu padre, maestros, entrenadores, amigos y familiares para crear tu propia identidad como papá. Cualquiera que haya sido parte de tu educación puede ser un buen modelo.